INICIO: La Molina
FINAL: La Molina
TIEMPO IDA Y VUELTA: 4´5 horas (hasta las cascadas)
DIFICULTAD: media
ELEMENTOS DE INTERÉS: desfiladero del río, construcciones populares, cascadas.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Es un bonito paseo a orillas del río Casaño. Se inicia el camino en la Molina. Enseguida encontramos una fuente-lavadero con agua potable y un poco más allá un puente medieval, Pompedro, que no hay que cruzar, sino que debemos ir hacia la derecha por un camino que en varias ocasiones cruza el río Casaño, hasta llegar al último puente, donde el camino desaparece.

El regreso se hará por el mismo itinerario. Se si continúa, subiendo la ladera de la derecha se puede salir al pueblo de Demués o a los lagos de Covadonga.

Ruta que nos va a permitir enlazar el valle del río Tabardín con el impresionante valle del río Casaño, mucho más abrupto y salvaje. Para ello realizaremos esta ruta que empieza en Demués (Concejo de Onís) y termina en la aldea de La Molina (concejo de Cabrales).

Nada más entrar en el pueblo de Demués subiendo desde las aldeas de Bobias (Baja y Alta), sale una pista hormigonada indicada como camino rural y de circulación restringida, reservada para vehículos agrícolas. La pista, ancha y muy cómoda, va alternando los tramos de pavimento hormigonado con la tierra y sube suave pero progresivamente en busca de la Cabeza de Pandescura.

En la otra ladera se asientan los pueblos de Remís y Gamonedo, que protegen las montañas de El Cotón y Cueto Salgaredo. Justo encima se encuentran los Lagos de Covadonga.

Volviendo a la ladera derecha del valle, por la que continúa su subida la pista que nos sirve de trazado, vamos dejando sucesivas cabañas hasta afrontar los dos últimos kilómetros de subida, algo más duros. Tenemos un par de fuentes (km. 3’7 y km.4’2) que saciarán nuestra sed. La Cabeza de Pandescura (1.000 m.) a la izquierda y las paredes rocosas de la Peña Ruana (1.505 m.) indican la presencia del pequeño collado que servirá para cambiar de valle.

La mejor referencia es una curva cerrada de 90 º que traza una diagonal hacia la derecha en subida. Justo antes de la curva se encuentra este collado (km. 4’6).

El recorrido abandona la pista y baja entre un espeso bosque de hayas, robles y avellanos por un camino ancho que pronto se convierte en senda.

La bajada es pronunciada y zigzagueante durante aproximadamente un kilómetro hacia el fondo del valle del río Casaño, llegando al paraje de la Vega de la Batuda.

Caminamos junto a la orilla del río acompañando a éste en su descenso por este valle estrecho.

Un par de kilómetros más adelante llegamos al conjunto de cabañas que forman la majada de Santianes y el valle se estrecha aún más hasta llegar a un punto donde las paredes casi se tocan.

En este lugar existe un pequeño puente romano que no hemos de cruzar .

Dejamos el puente a la derecha y proseguimos por el camino, ahora empedrado que nos lleva en poco tiempo a las primeras casas del bonito pueblo de La Molina.